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viernes, 11 de noviembre de 2011

Cintas impregnadas de sexo-diversidad



Los tacones fueron diseñados para las mujeres. Hoy en día, su uso no tiene distinción de género. La comunidad GLBTIQ (integrada por gays, lesbianas, bisexuales, trans, intersexuales, queers) se ha encargado de borrar esas concepciones y otras tantas encasilladas en "el deber ser". José Alirio Peña, como presidente del primer Festival Venezolano de Cine de la Diversidad (FESTDIVQ), consiguió reunir una basta filmografía que refleja esta realidad en el país.

Cortometrajes, mediometrajes y largometrajes venezolanos sexo-diversos competirán de manera inédita y no sólo serán una muestra, como se ha hecho en experiencias previas. Del 21 al 26 de noviembre, en la sala de cine alternativa de La Previsora, los miembros del jurado calificador (todos de larga trayectoria académica, activista y/o cinematográfica) escogerán las cintas a galardonar en las siguientes categorías: Mejor cortometraje Q, Mejor mediometraje Q, Mejor trabajo estudiantil Q y Mejor personaje Q en largometraje. Todos estos renglones suponen lo dicho por Peña: "Si hay material en nuestro país, no estamos de últimos".

El creador de la competencia explica que el criterio de selección de las piezas en competición o en exhibición fue basado en la teoría expuesta por el escritor Alberto Mira en su libro Miradas insumisas.

Es así como mientras más central sea el personaje homosexual, ello definirá si la película está inspirada en la temática.

FILMES GLBTIQ Desde su inicio FESTDIVQ hará un reconocimiento en vida a los cineastas que más han contribuido con la realidad gay en Venezuela. El honor será para tres cineastas: el destacado director Eduardo Barberena, realizador de Cheila: Una casa pa’ Maita; el mexicano Mauricio Walerstein, autor de las películas La máxima felicidad (1983) y Macho y Hembra (1985); y la presentación del corto Katabasis, hecho por el venezolano radicado en Francia, Temístocles Miguel López.

A la exhibición se suman las siguientes producciones: Biografías encubiertas bajo la autoria de Argelia Bravo; Muñeca y Entendido’s de Rodolfo Graciano; además de Trans de Manure- Herreros y Mecánicas celestes de Fina Torres.

De esta manera se busca rescatar la incipiente cinematografía venezolana sexo diversa creada desde 1970. El público puede acceder a toda la programación de manera gratuita.

Desde el 22 de noviembre, se llevaran a cabo un conjunto de conferencias ­a modo de actividades paralelas­ sobre arte, música, literatura y sexualidad.

También, antecediendo a las exhibiciones, se hará una proyección de 7 minutos sobre la prevención del Sida, auspiciada por la Fundación Acción solidaria.

ALZAN LA VOZ En décadas anteriores los tabúes reinaban. El rechazo a las personas con una tendencia sexual distinta a la heterosexual era el pan de cada día. En la actualidad la situación ha ido cambiando, sin embargo "en un país que tiene una infraestructura como la Villa del Cine que hace películas que promueven la tolerancia y aceptación hacia estos seres, es incapaz de convertir eso que está aupando en una realidad. Las leyes se engavetan, eso es un absurdo", manifiesta el director Eduardo Barberena.

Mientras en más del 70% de los Estados latinoamericanos existe un marco legal claro contra la homofobia, en Venezuela "estamos en un estado tan primario", sostiene.

FESTDIVQ requiere la visibilidad de estos productos audiovisuales que presumen podrán reivindicar los liderazgos positivos de los gays, dejando de lado las distinciones. 

SCARLE GARCÍA 

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